Un sádico. Así califican los forenses al presunto asesino del Putxet, Juan José Pérez Rangel, en el informe de las autopsias realizadas a los cadáveres de las dos mujeres asesinadas en enero en un aparcamiento de la calle de Bertran, en Barcelona. Los forenses aseguran que María Teresa de Diego, una de las víctimas, recibió "al menos 12" martillazos en diversas partes del cráneo, aunque precisan que el número fue mayor, "ya que por la forma de estas lesiones se deduce que hay impactos superpuestos".
La herramienta utilizada, explica la autopsia, tenía una base cuadrangular de 3,5 centímetros de lado, probablemente un martillo. Los forenses resaltan "el elevado número de golpes" que propinó el agresor a la víctima a la altura de la nuca "para no matar, lo que habla de un cierto componente sádico", y precisan que "cuando quiere producir la muerte, los golpes son de una violencia extrema". La mujer fue esposada con las manos atrás a una barandilla de la escalera del aparcamiento, con los pies atados y un periódico dentro de la boca que le impidió pedir ayuda. El cuerpo estaba atado con una cuerda y tenía un nudo en el cuello.
Del mismo modo, en el cadáver de María Angels Ribot, se apreciaron 11 heridas en la cabeza, varias producidas también con un martillo, así como puñaladas en diversas partes. La más impactante tiene 15 centímetros de larga y tres de ancha, le atraviesa el intestino y llega hasta las costillas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de febrero de 2003