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CARTAS AL DIRECTOR

Aclaración

He condenado de manera pública y desde hace años, sin tener que recurrir al "contexto", la actuación de ETA. He manifestado mi solidaridad a las víctimas, entre quienes tengo amigos muy

cercanos. He sido amenazado. Soy vascohablante, aunque lector esporádico de Egunkaria, porque su línea editorial me desagrada de manera profunda. Se me ha hecho el boicot de manera reiterada en ese medio.

Sin embargo, ante el cierre de un periódico, adoptado no como la culminación de un proceso garantista de pruebas contrastadas, sino como el inicio del mismo, y teniendo en cuenta actuaciones escandalosas anteriores, no puedo evitar pensar en lo siguiente:

1. Nunca una organización terrorista como ETA ha tenido tanta credibilidad: ¿bastará que en alguno de sus documentos se diga que el ministro de Justicia es en realidad un terrorista infiltrado para que lo metan en la cárcel y se proceda al cierre del Ministerio?

2. ¿Habrán estado prevaricando los jueces durante estos diez últimos años para permitir que el periódico se siguiera publicando, cuando los documentos obraban en poder de la policía desde 1993?

3. Si han detenido a Torrealdai, por poner un ejemplo, ¿habrá suficientes cárceles para acoger a tantos miles de vascos que se pueden identificar con él?

4. ¿No hay asociaciones de periodistas que velan por la libertad de prensa también aquí, y no sólo en Irak?

5. ¿Será verdad que los olmos pueden dar peras?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de febrero de 2003