El País Vasco consiguió en 2000 su primer saldo migratorio favorable tras 25 años perdiendo población. Durante ese año, llegaron a la comunidad autónoma 20.022 personas frente a las 17.462 que se fueron, según los últimos datos del Eustat. El saldo favorable de 2.560 ciudadanos se debió al aumento continuado de la población extranjera, que llegó hasta el 37% del total de inmigrantes que recalaron en Euskadi.
Este colectivo se ha ido incrementado de manera constante desde el año 1998, cuando entraron 500 personas en la comunidad autónoma. Los 7.328 que se registraron durante 2000 representan un aumento del 100% respecto al año anterior. Pese a estas subidas, los extranjeros no llegan a representar el 3% de la población vasca, porcentaje inferior al que se registra en otras comunidades de España.
El País Vasco no recibía más personas de las que se marchaban desde 1976, cuando a duras penas logró un saldo positivo de 13 ciudadanos. Un año antes, había logrado un flujo a favor de 10.026. A partir de 1977 se invierte la tendencia y es en 1978 cuando se confirma definitivamente la regresión: se fueron 6.733 personas más de las que llegaron. La crisis industrial, que en el resto de España se produjo en los primeros años 70 y que llegó a Euskadi mediada esa década, fue el detonante de esta emigración en busca de un trabajo estable.
Un 16% de universitarios
Álava, que gana 1.503 personas, es la más beneficiada por la inmigración, al aumentar un 255% su saldo favorable respecto al año anterior. Guipúzcoa, con 277 personas más, sube también el flujo positivo un 143% y Vizcaya gana un total de 829.
Entre los datos que ofrece el Eustat destaca que el 16% de los vascos que dejan la comunidad son universitarios, mientras que otro 52% se reparte entre quienes disponen de estudios primarios o ni siquiera cuentan con este certificado. Se trata de porcentajes muy similares a los que ofrece el contingente de inmigrantes, donde al menos el 18% tiene un título universitario y el 49% se encuadra en los niveles más bajos en cuanto a titulación o no disponen de ella. La edad media de los emigrantes es de 36,6 años, mientras que la de los inmigrantes es de 33,5 años.
Las comunidades autónomas que aportan más población al País Vasco de la que reciben de ella son Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y Murcia y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Con todas estas regiones Euskadi mantenía en los últimos años saldos migratorios negativos.
En el lado opuesto, las comunidades más atractivas para los emigrantes vascos son Castilla y León, Cantabria, Madrid y la vecina Navarra. Entre las cuatro autonomías reciben a una de cada dos personas que deciden marcharse de Euskadi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de febrero de 2003