Los escasos vecinos que aún habitan La Punta asistieron ayer a la desaparición de otra casa más. Las excavadoras tumbaron la vivienda de María del Carmen Soler, que compartía con una hermana y su padre. La orden de desalojo la recibió la familia el pasado lunes, y aunque la recurrió, decidió trasladar los muebles y el resto de objetos personales porque la apelación no suspende los trámites de derribo, según explicó Soler. La demolición se realizó a las 9.30 sin incidentes, aunque con presencia policial.
María del Carmen Soler denunció -como otros afectados desde que comenzaron los desalojos para construir la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto de Valencia- que se han producido irregularidades en el expediente, como el hecho de que no se notificara a los propietarios, ella y su hermana, el acta previa que lleva a la expropiación forzosa. La familia tampoco ha cobrado el depósito previo por la pérdida de la propiedad, y desconoce el valor oficial de la casa perdida ayer. Según explicó Soler, la semana que viene está previsto el desalojo de otras tres casas, lo que dejaría reducida a cinco o seis las familias que habitan la zona que ocupará la ZAL.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de febrero de 2003