El fabricante suizo de tecnología para infraestructuras energéticas ABB obtuvo el año pasado pérdidas de 729 millones de euros, cifra que representa un aumento del 14% en relación a los números rojos de 2001.
El presidente de la compañía, Jürgen Dormann, atribuyó este resultado a las provisiones de 790 millones de euros realizadas por el grupo, vinculadas a las 145.000 denuncias por contaminación de amianto en contra de Combustion Engineering, subsidiaria de ABB en EE UU.
El grupo también ha tenido que hacer frente a las pérdidas de las actividades que abandonó en la divisiones de petróleo, gas y petroquímica. Esto causó una caída de la facturación a 16.949 millones de euros. Los ejecutivos de la multinacional esperan que ABB obtenga beneficios en 2003, gracias a un positivo EBIT -ganancia antes de impuestos y de intereses-, que durante el ejercicio 2002 llegaron a 315,5 millones de euros.
Producto de los planes de reestructuración de la empresa emprendidos el año pasado, ha despedido a cerca de siete mil empleados en todo el mundo, de los cuales un poco menos de 200 corresponden a España.
Al plan total, que debe llegar a los 10.000 o 12.000 empleos, se añaden 30.000 que serán transferidos a través de las cesiones de actividades. Con esta medida, la empresa helvética pretende ahorrar 741 millones de euros por año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de febrero de 2003