Bagdad superó ayer la prueba impuesta hace una semana por los inspectores de desarme al aceptar destruir sus misiles Al Samud 2. La respuesta iraquí llegó dos días antes del ultimátum fijado por Naciones Unidas. La noticia promete agudizar las diferencias en el Consejo de Seguridad que vivió una de las jornadas más tensas de las últimas semanas. Reunidos por primera vez para analizar la resolución de Estados Unidos, Reino Unido y España que da vía libre a la guerra y el memorándum de Francia, Alemania y Rusia que propone continuar las inspecciones, los 15 miembros del Consejo de Seguridad mostraron sus más profundos desacuerdos tras cuatro horas de infructuosas negociaciones.
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La oficina de Unmovic (la agencia de desarme de la ONU) en Nueva York conoció la decisión de Bagdad por un fax del general Amer al-Saadi, uno de los asesores del presidente Sadam Husein. "Han aceptado en principio la destrucción de los misiles y sus instalaciones pero debemos esclarecer ciertos puntos", dijo un portavoz de los inspectores.
Hace una semana, Blix pidió a Bagdad que destruyera sus misiles Al Samud 2 por infringir los acuerdos de desarme impuestos tras la Guerra del Golfo, en este caso por superar un radio de acción de 150 kilómetros. El gesto de Blix se valoró entonces como un endurecimiento de las inspecciones y una prueba crucial para el régimen iraquí en un momento especialmente delicado.
La respuesta de Bagdad ha complicado los planes de EE UU para conseguir el respaldo del Consejo de Seguridad. El día había empezado con una buena noticia para Washington: un informe relativamente negativo de Blix sobre las dos últimas semanas de inspecciones. "Los resultados en términos de desarme han sido muy limitados hasta ahora", afirmó Blix en su informe que fue filtrado a la prensa, "Irak hubiera podido hacer mayores esfuerzos para encontrar algunas de las armas prohibidas o entregar pruebas creíbles su destrucción".
A lo largo de 16 folios el jefe de los inspectores volvió a resaltar que Bagdad coopera en la forma pero no en el fondo. "Es difícil entender porqué un número de medidas que hubieran podido tomarse no empezaron antes. De haber sido el caso, quizá ya hubieran dado resultados", enfatizó el responsable de Unmovic, "Irak sólo empezó a tomar un número de medidas a mitad de enero" para demostrar que efectivamente había eliminado armas de destrucción masiva.
El Consejo que se reunió ayer por primera vez para discutir el proyecto de resolución de Estados Unidos, Reino Unido y España, que propone acabar con las inspecciones y el memorándum de Francia, Alemania y Rusia, a favor de continuarlas, vivió una sesión extremadamente tensa, aseguraron fuentes diplomáticas. Después de cuatro horas, los quince no consiguieron ponerse de acuerdo en nada, ni siquiera alcanzaron a fijar la fecha de la próxima comparecencia de Blix, en principio prevista para el 7 de marzo.
China, apoyando la propuesta gala, propuso que el jede de los inspectores incluyera en su intervención una lista de cuestiones prioritarias de desarme. "Si Blix puede darnos información esperamos escucharla cuanto antes", declaró el embajador alemán ante la ONU, Günter Pleuger. Gran Bretaña y Estados Unidos argumentaron que la idea alargaría inútilmente el proceso. Todos prefirieron remitir su decisión al próximo lunes.
Chile y Méjico provocaron una cierta conmoción al culpar a los cinco miembros permanentes de bloquear la situación en el Consejo. "Los países con derecho a veto no pueden continuar un debate donde no hay comunicación" dijo el embajador chileno ante la ONU Gabriel Valdés, "debemos encontrar un proceso de desarme en Irak que sea respetado y percibido como legítimo". Valdés acusó a Estados Unidos, Reino Unido Gran Bretaña, Rusia, Francia y China de "no hacer esfuerzos para acercar posiciones" y "dejar caer todo el peso de la negociación sobre los diez miembros no permanentes". Su llamamiento fue respaldado por Guinea y Camerún.
"Debemos encontrar una manera de incorporar" a todos los actores del Consejo en el proceso de decisión "afín de encontrar una solución que sea respetada y percibida como legítima", indicó Valdés.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de febrero de 2003