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128 niños acogidos en una institución benéfica portuguesa sufrieron abusos sexuales

La mayoría de las víctimas son menores sordomudos internados en una red de centros

Al menos 128 de alumnos de Casa Pía, una institución benéfica portuguesa, han padecido dentro de ella abusos sexuales en los últimos meses, según un informe presentado ayer por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, António Bagão, y el nuevo coordinador de psiquiatría infantil del centro, Pedro Strecht. Los abusos afectan tanto a chicos como a chicas, mayoritariamente sordomudos, de los ocho centros de la Casa Pía en Portugal. La institución fue fundada en 1780 y da cobijo a 4.600 huérfanos y niños sin recursos, de los cuales 700 son internos.

Strecht, que compareció en rueda de prensa acompañado por Bagão y por la nueva directora del centro, Catalina Pestana, comentó que las cifras demuestran "la trágica dimensión del problema". El psiquiatra comentó que la mayoría de los afectados son internos del centro radicado en Lisboa. Strecht ha elaborado un informe durante los últimos tres meses, para la comisión de apoyo psicológico a los menores constituida después de que en noviembre pasado saltaran a la prensa los primeros indicios de abuso sexual.

Strecht señaló que lo sucedido debe abrir un serio debate sobre las graves secuelas que pueden sufrir estos menores, completamente desprotegidos desde el punto de vista sociofamiliar. El psiquiatra animó a los niños y niñas afectados a "mantener la cabeza alta pese a lo que han sufrido". El ministro lamentó la gravedad de la situación por el elevado numero de casos. Una de las medidas inmediatas es poner en marcha un gabinete judicial y otro tecnicocientífico para ayudar a las víctimas y a sus familías.

Pestana indicó que todos los empleados de los que se tienen indicios de que hayan participado en abusos han sido apartados de su puesto. La directora reconoció que muchos de los afectados no contarán nunca lo sucedido, pero les pidió: "Hablad con quien os apetezca, pero hablad. El silencio es lo más doloroso. Nadie os hará daño". Pestana recordó a las víctimas que tienen el apoyo no sólo del Gobierno, sino también de instituciones y organismos sociales que están dispuestos a denunciar a los culpables.

El caso de los abusos en Casa Pía se destapó en noviembre, cuando la prensa reveló los testimonios de antiguos alumnos que acusaron a un empleado de haber cometido abusos sexuales sobre los menores desde 1975, ante la indiferencia de las autoridades.

La primera consecuencia de estas denuncias fue la detención de un ex funcionario de la institución, Carlos Silvino, apodado Bibi, quien llevaba más de 20 años trabajando allí. Según el juez, Bibi era el encargado de facilitar el acceso de los niños a otros supuestos pederastas.

De hecho, ex alumnos de Casa Pía afirman haber sido perseguidos por Bibi "y sus clientes". Estos testigos aseguran haber denunciado el caso a ministros de anteriores gobiernos e incluso al ex presidente de la República, António Ramalho Eanes, pero sin resultado. Teresa Costa Macedo, ex secretaria de Estado de la Familia, afirma que envió el caso a la Policía en 1982, pero sin consecuencias porque "hay nombres muy importantes relacionados".

Bibi no es el único que ingresó en prisión. También fueron detenidos un médico y el presentador más famoso de la televisón portuguesa, Carlos Cruz, que se encuentra en prisión preventiva por su presunta implicación en el caso. La detención de Cruz causó gran revuelo, ya que fue la persona que encabezó la candidatura de Portugal para organizar la Eurocopa de Fútbol de 2004. Cruz está acusado de haber abusado durante cinco años de menores de Casa Pía.

El presidente portugúes Jorge Sampaio, el primer ministro, José Manuel Durão Barroso, y toda la clase política pidieron ayer que se lleve a cabo una investigación detallada del asunto.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de marzo de 2003