Los autores de guías turísticas al uso deberían hacerle la ola. Este aragonés, copresentador de El show de Flo (TVE), es el turista 10. O sea, que visita sin tregua los sitios más convencionales de cada destino. Sin complejos.
En Los Ángeles se apuntó al tour guiado por las casas de los famosos. ¿No es una horterada?
Para nada. Fue el pasado verano, en mi viaje por Estados Unidos. Visité Bel Air y Beverly Hills, y me encantó ver las casas de John Wayne o la de Cindy Crawford. ¿Sabes que está prohibido bajarse del autobús, para proteger la intimidad de los famosos?
Asombroso. No imaginaba en usted un mitómano de tal calibre.
Pues sí. Me encantan el cine y la televisión, y eso lo traslado a los viajes. En Los Ángeles me alojé en el hotel donde se celebra la ceremonia de los Globo de Oro. Y la verdad, no era para tanto.
Le impresionaría más el hotel inspirado en las pirámides egipcias que visitó en Las Vegas.
Y tanto. Pero, pese a los dorados y el lujo de la habitación, no había mueble bar. Todo porque pretenden que bajes al vestíbulo y consumas. Y de paso juegues.
¿Le sacaron una vena oculta de ludópata?
No, qué va. Sólo jugué a las tragaperras, y perdí, por supuesto. Es curioso que en las salas de juego no haya ventanas, para que se juegue a destajo. Es como cuando a las gallinas les ponen 24 horas de luz para que pongan más huevos.
Qué agobio. ¿Se sintió gallina?
No, pero decidí que Las Vegas es la ciudad del siglo XXI. Todo es a lo grande: el lujo, las luces, la tecnología. Hay espectáculos las 24 horas del día, y mucha diversión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de marzo de 2003