Con el título Desde El Greco a Dalí, diálogo con la pintura española se ha inaugurado en el Museo Nacional de Estocolmo una exposición destinada a mostrar "la influencia de los grandes maestros españoles en las artes visuales", según palabras de la comisaria de la muestra, Karin Sidén. La exposición, que estará abierta en la capital sueca hasta el próximo 18 de mayo, reúne un total de 240 obras de las pinacotecas españolas.
El Museo Nacional de Estocolmo posee un total de 40 obras de pintores españoles como El Greco, Goya, Velázquez y Zurbarán, pero sólo ha utilizado 20 de los cuadros popios para esta exposición, realizada, en su mayor parte, con préstamos de otros museos, entre los que se encuentran el Prado, de Madrid; el Picasso, de Barcelona; el Ermitage, de San Petersburgo, y la National Gallery, de Londres. Desde El Greco a Dalí muestra también piezas cedidas por coleccionistas particulares.
Desde El Greco a Dalí, diálogo con la pintura española pretende convertirse también en un testimonio didáctico del contacto permanente entre los viejos maestros españoles de los siglos XV al XIX y los creadores posteriores de diversas nacionalidades. Así, la disposición de la muestra permite hacer comparaciones y buscar similitudes entre Las meninas (se expone un Retrato de la Infanta Margarita Teresa procedente de Viena), pintado por Diego Velázquez alrededor del 1650, con las versiones del tema que realizó Pablo Picasso tres siglos más tarde.
Otro testimonio de la influencia de los grandes maestros de la pintura española y artistas posteriores se aprecia en uno de los cuadros más famosos de Velázquez, el Retrato del papa Inocencio X, que ejerció su cargo entre 1644 y 1655, con la versión de Francis Bacon, muy vinculado a España, donde pasó largas temporadas, que pintó el mismo motivo con el nombre de Number VII.
Además de las obras seleccionadas con la intención clara de mostrar las influencias de los viejos maestros españoles sobre artistas posteriores de distinta época y nacionalidad, se muestran también otras en las que se resaltan algunos caracteres específicos de la cultura española. Es el caso de Spansk dans (Danza española), del pintor sueco Ernst Josephson, cedido en esta oportunidad por el Museo de Gotemburgo.
Polo de atracción
Para los pintores suecos, la pintura de los maestros españoles fue un importante polo de atracción, influenciados, en parte, por la fascinación de la luz de la que carecen por su ubicación geográfica. España fue también para muchos de estos artistas una especie de plataforma de lanzamiento para llegar a otros públicos.
La muestra, organizada por el Museo Nacional en colaboración con la sección Cultural de la Embajada de España, es un paso más en una creciente colaboración entre España y Suecia en el ámbito de las artes plásticas. Las exposiciones de Anders Zorn y Joaquín Sorolla exhibidas de forma alterna en Estocolmo y Madrid en el año 1992 son testimonio de ello.
Algunos críticos han señalado también la imprevista actualidad de la muestra al exponer la serie de grabados de Goya sobre Los desastres de la guerra, en momentos en que el mundo está pendiente de una guerra, que, aunque limitada en principio desde el punto de vista geográfico, multiplicará los efectos catastróficos de la tragedia que pintó el artista español. Junto a la serie de Goya se muestra la versión que sobre el mismo tema realizaron, en grabados, los artistas británicos Jake y Dinos Chapman, en 1999, bajo el título de Disaster of war.
Paralelamente con Desde El Greco a Dalí, diálogo con la pintura española, que estará abierta hasta el 18 de mayo, habrá una serie de conferencias a cargo de especialistas.
El museo tiene previsto también realizar visitas guiadas en los idiomas sueco, inglés y también en español, una lengua de creciente arraigo en Suecia y demás países nórdicos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 2 de marzo de 2003