Todo el dinero que se va a gastar en la guerra se aprovecharía mejor si se usara para alimentar a niños pobres o hacer orfanatos y hospitales en los países del tercer mundo", advierte Antonio, un alumno de segundo de ESO del colegio Sagrado Corazón de Jesús, en Sevilla. "A mi me parece que nosotros tenemos demasiado y otros, nada", apunta su compañera Alba. "Nunca nos conformamos con todo lo que tenemos y ellos son felices con cualquier cosa", señala María.
Acaban de volver a ver algunos fragmentos del documental Un Mundo Nuevo y les ha causado el mismo impacto que, según sus profesores, les produjo la primera vez que lo vieron. Este vídeo, que intenta explicar las causas históricas que han conducido a la sociedad a la situación actual, forma parte del material de trabajo de El Planeta de los Jóvenes Solidarios, un proyecto de la Fundación Codespa, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y la Fundación Coca-Cola.
El programa celebra este curso su tercera edición y se desarrolla en los cuatro cursos de ESO de todos los colegios públicos y privados de Andalucía y Extremadura. Los objetivos, fomentar la solidaridad en el aula y remover las conciencias de los más jóvenes.
El proyecto lo imparten directamente los profesores a partir del material de trabajo que les proporciona la Fundación Codespa. "Los educadores ponen todo de su parte para crear valores solidarios, pero suele faltarle material y medios. Nosotros intentamos suplir esa carencia y les facilitamos una guía, ideas de trabajos en clase y vídeos", subraya Miguel Aranguren, el director del proyecto.
Los estudiantes del colegio Sagrado Corazón, después de ver el documental por primera vez, decidieron ponerse manos a la obra: recogieron comida y alimentos, hicieron murales y un cómic en el que un grupo de niños llama al presidente del Gobierno y consiguen convencerle de que no apoye la guerra; organizaron visitas a orfanatos y residencias de anciano; inventaron una obra de teatro con temática solidaria; y apadrinaron a Eliezer, un niño nicaragüense de cuatro años a cuya familia ayudan económicamente y a quien han enviado material escolar y juguetes.
"Les llama la atención ver a chavales de su edad en esas situaciones", señala Aranguren. "Siempre se dice que están acostumbrados a todo por culpa de la televisión, pero les impacta ver a chicos que no van a colegio, que trabajan en situaciones muy duras y que pasan hambre", asegura. "Pero no nos conformamos con que vean, tienen que tomar actitudes en su vida cotidiana", señala Aranguren.
Para incentivar a los estudiantes, el programa incluye este año un concurso en el que se premiarán los mejores proyectos de acciones solidarias en los barrios, pueblos y ciudades de los alumnos, así como en los países más desfavorecidos. Los ganadores podrán elegir a qué institución social quieren entregar los 1.500 euros del premio.
Codespa ha desarrollado con anterioridad estos programas en otras comunidades autónomas y sus responsables advierten que en Andalucía hay circunstancias muy particulares que suponen un valor añadido. "Aquí hay colegios con muchos problemas, alumnos muy necesitados, pero también les viene bien ver que hay niños que lo pasan peor", afirma Aranguren.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de marzo de 2003