Un palestino, educado en el odio y víctima de la desesperación, decide inmolarse con una bomba adosada a su cuerpo. Ocasiona una matanza en un mercado o un autobús. Se trata de un salvaje y brutal acto de terrorismo. Todos de acuerdo.
Los carros israelíes arrasan un asentamiento palestino con la consiguiente muerte de civiles. Un helicóptero destruye varios edificios y vehículos con misiles. Esto, al parecer no es terrorismo. Se llama operación de castigo o represalia, quizá se trate de un ataque preventivo.
Sadam es un tirano detestable, un sátrapa dañino para su pueblo, y por ende para la humanidad. De acuerdo.
Otros dictadores, no mejores que él, han sido y son tolerados, cuando no protegidos y considerados aliados e incluso amigos.
Unas carcasas de misiles vacías en Irak, al parecer constituyen un gran peligro para los países vecinos, cuando no para el mundo entero.
Un arsenal nuclear de Israel no es un peligro para nadie, y está en su derecho de poseerlo, se trata de legítima defensa.
Una resolución de la ONU que implica a Irak debe ser de obligado cumplimiento, bajo amenaza militar a gran escala.
Decenas de resoluciones de la ONU respecto a Israel han sido utilizadas por Sharon y sus antecesores como papel higiénico. ¿Sigo?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de marzo de 2003