El Gobierno francés notificó ayer a la Comisión Europea que su déficit público representó el 3,04% del producto interior bruto (PIB) en 2002, cuatro centésimas por encima del techo autorizado en el Tratado de Maastricht. Tanto el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, como el ministro de Economía, Francis Mer, creen que una cifra tan afinada les pone a salvo de la advertencia por déficit excesivo. Pero un portavoz de la Comisión precisó que cualquier país que sobrepase el 3% se expone al procedimiento de sanción.
La tesis de los gobernantes franceses es que los déficit del Estado, de la Seguridad Social y de las colectividades locales implican un 3% en cifras redondeadas. Tales sutilezas sólo tendrán éxito si París obtiene el visto bueno de los ministros europeos de Economía.
Con el déficit notificado, Francia vuelve a la situación de cinco años atrás. El entonces ministro de Economía, el socialista Dominique Strauss-Kahn, anunció que en 1997 se había alcanzado un déficit del 3,02% y esto no impidió que Francia fuera aceptada entre los países que cumplían los criterios para la moneda única. Esa cifra representaba más de un punto de reducción sobre la del año precedente. Por el contrario, el 3,04% de 2002 supone un salto brutal sobre el de 2001, último ejercicio cerrado por el Gobierno de Lionel Jospin, que se limitó a un déficit del 1,4%.
Por su parte, el ministro de Economía comunicó la decisión de constituir una Agencia de Participaciones del Estado que se encargará de la gestión de las participaciones en las 1.556 empresas con capital estatal, entre ellas France Télécom, Eléctricité de France/Gaz de France y la Empresa Nacional de Ferrocarriles. La institución es similar a la SEPI española.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de marzo de 2003