El presidente del Gobierno, José María Aznar, reunió ayer a sus cargos electos en la Junta Directiva Nacional del PP para reclamarles unidad ante el debate sobre la guerra contra Irak que hoy obligará a una votación secreta en el Congreso de los Diputados. "Para desencadenar una matanza bastan unos gramos de ántrax y un puñado de iluminados", señaló Aznar. "Nadie nos dará confianza si ve en nosotros incertidumbre y oportunismo. Nadie nos votaría si diéramos marcha atrás". La Junta Directiva respaldó al presidente.
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Aznar recordó a los más de 500 cargos reunidos en la Junta Directiva que el debate sobre la guerra es "importante" y el partido, por "encima del coste electoral", debe defender sus "convicciones". "¿Cómo no voy a saber que esa postura tiene desgaste, si llevo la mayor parte de esa responsabilidad?", se preguntó. El presidente aclaró su objetivo: "No queremos ver a España sentada en el rincón de la historia, en el rincón de los países que no cuentan, que no sirven, que no deciden. Queremos verla en otro sitio y por eso hemos luchado muchos años". Tras concluir su discurso, Aznar pidió opiniones. Hablaron 12 dirigentes, todos a favor del presidente.
Algunos diputados mostraron su indignación con la oposición por la "ofensa" que supone la votación secreta de hoy. Aznar aseguró: "No tengo ninguna duda de cuántos votos van a tener ellos y cuántos nosotros".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de marzo de 2003