La juguetera Hasbro Iberia, filial española del grupo estadounidense Hasbro, estima que las falsificaciones de sus productos vendidas en España causaron un perjuicio de 15 millones de euros a su cuenta de resultados de 2002. Las ventas netas de la filial española de la juguetera el año pasado, cuyo centro de distribución para la Península Ibérica se encuentra en Riba-roja, rondaron los 72 millones de euros, un 10,5% más que en 2001.
Hasbro es propietaria de marcas como Monopoly, Action Man, Trivial Pursuit, Tiger, Playskool, Bang on the Door, Mediterráneo, Parker o MB. Y al margen de los perjuicios directos por la competencia desleal de los vendedores de falsificaciones, gasta en torno a 250.000 euros anuales en pleitos para combatir las prácticas ilegales.
Pierre Laura, máximo responsable de la filial de Hasbro en España, destacó los resultados obtenidos en 2002 y avanzó un notable incremento del volumen de negocio durante los dos primeros meses de 2003, que cifró en un 30%.
El primer objetivo de la compañía para asentar su mercado en España es combatir la estacionalidad que caracteriza a los consumidores de juguetes, que concentran el 85% de las ventas en el periodo navideño.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 5 de marzo de 2003