Medio millón de personas, convocadas por el Partido Nacional Democrático (PND), el del presidente Hosni Mubarak, pidieron ayer en El Cairo a George W. Bush que escuche "la voz de la razón". "La al harb" ("No a la guerra") fue la consigna más coreada por esta muchedumbre, la más grande jamás reunida en las calles de Egipto desde el asesinato de Sadat en 1981, y el consiguiente establecimiento del aún vigente estado de excepción.
En la marcha, celebrada en el Estadio Internacional y sus alrededores, no hubo gritos o pancartas insultantes para EE UU, ni quema de banderas. Pero sí un claro mensaje en contra de la expedición bélica que prepara Washington. Éstos fueron los eslóganes más repetidos: "No a la guerra, sí a la paz"; "No más sangre, no más destrucción"; "No al doble rasero"; "Salvemos al pueblo de Irak" o "Detened la matanza en Palestina".
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Lenta en reflejos y aplastada por la represión, la llamada calle árabe comienza a despertar. El jueves pasado, unas 120.000 personas, en su mayoría militantes y simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, ya se manifestaron contra la guerra en El Cairo. Fue una novedad: la primera vez desde 1981 que Mubarak permitía a la oposición celebrar un acto callejero masivo y político. Ayer Mubarak movilizó a los suyos, otra novedad. Según la televisión egipcia, dos millones de personas respondieron a la convocatoria; según los observadores independientes, fueron un mínimo de medio millón.
Funcionarios, estudiantes y felagas o campesinos del Nilo constituyeron el grueso de la concentración. Había hombres y mujeres,tanto musulmanes, mayoritarios en el valle del Nilo, como cristianos coptos, minoritarios. Desde la tribuna, el dirigente del PND Sawaf Al Sharif dijo: "La cumbre árabe de Sharm el Sheij envió un mensaje a Sadam y otro a Bush. A Sadam le pidió que incremente su cooperación con la ONU y a Bush que se entere del rechazo de los árabes a la guerra contra Irak".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de marzo de 2003