Un coche-bomba cargado con más de 60 kilos de explosivos estalló ayer en un céntrico centro comercial de la ciudad colombiana de Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander, causando siete muertos. Las autoridades colombianas atribuyen a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) -el segundo grupo guerrillero más importante del país- la autoría de la acción.
Más de 60 kilos de explosivos fueron activados, a las l0 de la mañana (hora local) dentro de un vehículo estacionado en el aparcamiento del conjunto, visitado a diario por miles de personas y famoso en Cúcuta por la venta de joyas y electrodomésticos.
Además de las siete personas muertas, más de 60 resultaron heridas por la explosión. El incendio que siguió al desplome de una placa de cemento hacía prever esta madrugada -hora española- una cifra mayor de víctimas.
El director regional de la policía secreta colombiana (DAS), Enrique Díaz, aseguró que el supuesto autor del atentado es Jorge Alberto Durán García, alias Tyson, cabecilla de uno de los frentes del ELN.
Grupos presionados
Para la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez, el terrorismo es un riesgo que al que deberá seguirse enfrentando Colombia. "Estos grupos, presionados cada vez más por la acción de la fuerza pública, tratan de acelerar su antiguo proyecto de terrorismo en las ciudades".
La explosión hace menos de un mes de una poderosa bomba que dejó más de 30 muertos en un exclusivo club de Bogotá -hecho atribuido a las FARC- es vista en este país como la señal de un giro en la acción de la guerrilla.
El alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, pidió a los grupos violentos escuchar el clamor de los ciudadanos y lamentó que estos actos "no conducen a la salida negociada" al conflicto.
Mientras en Cúcuta se vivía la emergencia, en Bogotá, en una ceremonia frente al cuerpo diplomático en el palacio de Gobierno, el presidente Álvaro Uribe pidió a la comunidad internacional, una vez más, apoyo en la lucha contra el terrorismo. "Cero tolerancia con el terrorismo", dijo el primer mandatario, quien pidió una solidaridad que vaya más allá de las palabras.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 6 de marzo de 2003