Milicianos palestinos disfrazados de rabinos mataron ayer a tiros a dos israelíes en un ataque contra un asentamiento judío en Cisjordania, horas después de que soldados del Ejército de Israel, protegidos por carros de combate, tomaran posiciones en una zona del norte de la franja de Gaza.
En una nueva jornada de violencia, al menos siete palestinos resultaron muertos en combates con el Ejército israelí en tres ataques diferentes sobre colonias judías en Cisjordania y Gaza, según informaron fuentes militares.
En el enfrentamiento más sangriento, dos hombres trataron de infiltarse en el asentamiento de Kiryat Arba, cerca de la ciudad de Hebrón, abriendo fuego contra un seminario en el que los fieles se disponían a rezar en vísperas de la fiesta del Sabbath. Los milicianos causaron dos muertos, identificados como marido y mujer. Las tropas israelíes mataron a los atacantes. En el intercambio de disparos, dos colonos y un soldado resultaron heridos. Dos horas después, otros dos palestinos trataron de entrar en el asentamiento vecino de Negohot, pero fueron abatidos. Uno de los palestinos detonó un explosivo que llevaba adherido a su muñeca. El grupo radical Hamás reivindicó ambas acciones.
El tercer incidente se produjo en la franja de Gaza, donde tres palestinos, armados con fusiles de asalto, fueron tiroteados por una patrulla militar israelí cuando aparentemente intentaban entrar en el asentamiento de Netzarim con el objetivo de perpetrar un atentado contra un convoy de colonos. El frustrado ataque fue reivindicado por la Yihad Islámica.
A lo largo de la jornada, el Ejército israelí desplegó un amplio contingente de carros de combate y vehículos blindados en la localidad de Beit Janun y en las inmediaciones del campo de refugiados de Yabalia, donde en la madrugada anterior efectuó una incursión que causó 11 muertos y más de un centenar de heridos. Ésta a su vez provocó el lanzamiento de tres cohetes de fabricación artesanal contra la ciudad israelí de Sderot, una acción reivindicada por Hamás.
Arafat prepara cambios
Los ataques se producían horas después de que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, ofreciera el puesto de nueva creación de primer ministro a Abu Mazen, hasta ahora secretario general del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Para aceptar el nombramiento, el candidato puso una serie de condiciones y se reservó su respuesta hasta saber cuáles son sus competencias reales. Con esta decisión, la ANP inicia uno de los cambios esenciales en la reforma institucional que demanda el mundo.
Tal como se esperaba, Arafat eligió al que ha sido su delfín durante muchos años en la OLP, Mahmud Abbas, conocido también como Abu Mazen. Arafat puso de este modo fin a las especulaciones sobre si el elegido sería el secretario general del Comité Ejecutivo de la OLP o bien el presidente del Consejo Legislativo Palestino, Ahmed Qurei. Fue el propio Qurei, conocido por el sobrenombre de Abu Alá, el encargado de comunicar la decisión del presidente, que continúa enclaustrado en su derruida Mukata, de Ramala.
"La posición no es lo más importante, sino saber cuál es el poder que se le va a otorgar al primer ministro", declaró Mazen después de que se hiciera público el nombramiento. "Sólo responderé, positiva o negativamente, una vez que sepa cuáles serán las competencias", añadió. Además, el candidato puso una serie de condiciones para aceptar el cargo. Entre ellas, poder dotarse de un nuevo Gabinete, configurado por él mismo, en vez de heredar el elegido por Yasir Arafat.
Para que el nombramiento sea efectivo, tendrá que ser aprobado por la mayoría absoluta del Consejo Legislativo (Parlamento interino de la ANP), que se reunirá este fin de semana en Ramala. Antes deberá celebrarse otra reunión del Comité Central de la OLP, que es el órgano legislativo de la organización, programada para hoy.
En ella, sus 143 miembros tendrán que enmendar parcialmente la Ley Fundamental palestina, crear la figura del primer ministro y dotarla de poder ejecutivo, lo que supondrá una abdicación, de iure al menos, por parte del presidente palestino, Yasir Arafat.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de marzo de 2003