No estoy de acuerdo en que el máximo responsable del desastre de la puesta en marcha del AVE Madrid-Lérida sea el director del GIF, sino el ministro Álvarez-Cascos y, en último término, el señor presidente del Gobierno. ¿Pero no son estos mismos los que clamaban "Váyase, señor González"? ¡Ay, amigo, y qué distinto es ver los toros desde la barrera!
El señor Álvarez-Cascos es, pues, quien debería haber dimitido. Estos del PP (dicho con el debido respeto) se apuntan a los triunfos, si llegan, pero se esconden astutamente si, como con el AVE Madrid-Lérida, pintan bastos.
Menos mal que ya las encuestas reflejan el próximo cambio, de carácter irreversible. Y serán los ciudadanos, ya que no ellos, quienes los pongan en su verdadero sitio: no en los centros de poder, sino en el salón, confortable, de su casa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 8 de marzo de 2003