El empresario chicano Roberto R. Álvarez, que ganó millones como distribuidor internacional de productos agrícolas, pero que hizo historia a la edad de 12 años al ganar un célebre caso judicial para abolir la segregación racial en su escuela elemental de la zona de San Diego (California), ha muerto a la edad de 84 años.
Álvarez fue el niño demandante que acaudilló el pleito de 1931 contra el distrito escolar en Lemon Grove, el cual había intentado trasladar a los estudiantes mexicanos a un edificio separado de los niños anglosajones en su escuela primaria. Un tribunal determinó que la escuela no podía separar legalmente a los niños.
Álvarez terminó sus estudios en San Diego, y se licenció en 1937 por el Instituto de Grossmont. Después de trabajar en una tienda de comestibles y de servir en la Armada durante la Segunda Guerra Mundial, empezó a vender naranjas con un camión. Su negocio autónomo creció rápidamente ya que Álvarez fue un pionero en la importación de productos agrícolas de México para venderlos en Estados Unidos. Álvarez transformó su empresa, Coast Citrus Distributors, en un negocio de 400 empleados con actividades en California, Texas, Florida, y en los estados mexicanos de Tijuana y Guadalajara.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 9 de marzo de 2003