Según el sociólogo francés Alain Touraine "la democracia sólo puede ser representativa siendo pluralista".
Esta frase nos puede llevar a las siguientes reflexiones: ¿Existe el suficiente pluralismo político en Andalucía?, ¿se fomenta desde las instituciones democráticas la existencia de éste, es decir, la representación de la diversidad de actores sociales en el Parlamento y demás focos de debate y poder?
Desde mi punto de vista no. El mapa político andaluz se caracteriza por la existencia de un partido político, el PSOE, que controla el Gobierno andaluz desde su constitución, por supuesto gracias al voto de los electores; este partido no sólo gobierna más o menos holgadamente, sino que en estos más de 20 años ha ido infiltrándose en los vericuetos de la sociedad andaluza y ocupando poco a poco más espacios: mediático, económico, cultural... haciendo, en definitiva, clientelismo político, entendido en el sentido que nos marca el Diccionario de la Real Academia: Protección con la que los poderosos patrocinan a los que se acogen a ellos. Manejar un potente presupuesto, y detentar el Gobierno de la Junta durante casi tres décadas da mucha capacidad para incidir ante los demás.
En todo este tiempo, el poder casi absoluto del PSOE ampara a los amigos y persigue a los advenedizos, manejando resortes a su antojo, y en la medida de sus grandes disponibilidades; como ejemplo un botón: últimamente se han publicado un par de encuestas del entorno cercano al PSOE, en las dos se magnifican descaradamente los resultados de las dos opciones políticas que pudieran serles útiles si no consigue la muy cercana mayoría absoluta: IU, y su actual socio, el PA. El PSOE utiliza el poder sobre su entorno cercano para dirigir a la sociedad andaluza según sus intereses.
Por supuesto, una nueva opción política en Andalucía no le interesa, complicaría el mapa electoral y debilitaría más a sus posibles muletas de gobierno, aún más si compite en su mismo espacio político y denuncia la situación que estamos analizando. Esta opción es el refundado Partido Socialista de Andalucía (PSA).
Sólo en esta clave se puede explicar el cerco que el Presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE Manuel Chaves mantienen alrededor de una de las cabezas visibles del PSA, Pedro Pacheco. En este caso ponen toda la carne en el asador para que esta persona no repita en la alcaldía de Jerez y para que el proyecto político que comparte con varios miles de andaluces y andaluzas fracase. Es terriblemente llamativo cómo el presidente de todos los andaluces, en su último acto electoral en Jerez, miente descaradamente falseando las encuestas a su conveniencia y ningunea a miles de ciudadanos que el único delito que han cometido es expresar la diversidad social de Andalucía y ejercer su derecho a pertenecer a un partido político que no es el suyo; es lamentable que desde el poder casi omnímodo del PSOE en Andalucía se cercene la voluntad política de las minorías.
El ensayista político Charles Taylor ha escrito que "la democracia es una política del reconocimiento del otro": aplíquese el cuento, señor Chaves, y no utilice sus esfuerzos en negar la existencia del otro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de marzo de 2003