Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Muere un hombre que se enfrentó a tiros a la Guardia Civil e hirió a un agente

Santiago de Compostela

Roberto Roupeiro López, de 52 años, murió en la medianoche del domingo en Vilaboa (Pontevedra) tras enfrentarse a tiros a la Guardia Civil en un control de carretera y caer con su vehículo por un terraplén cuando pretendía esquivar los disparos de los agentes. Antes, el fallecido había herido de tres impactos de bala a uno de los miembros del instituto armado, que se encuentra fuera de peligro. Las autoridades no han precisado si Roupeiro murió como consecuencia del impacto de los disparos de la Guardia Civil o a resultas del accidente con su automóvil.

Roupeiro, de 52 años, vecino de Pontecaldelas (Pontevedra), tenía antecedentes por posesión ilícita de armas, desórdenes públicos y amenazas a su ex esposa. En la noche del domingo, el hombre, con síntomas evidentes de embriaguez, mantuvo un fuerte altercado con los propietarios y con varios clientes de un pub de Arcade, una localidad próxima a Vigo, de donde fue expulsado.

Poco después, la Guardia Civil de tráfico recibió llamadas de varios automovilistas. Los comunicantes denunciaban que un automóvil circulaba por la carretera N-550 dando bandazos y a una velocidad excesiva. Roupeiro conducía un Ford Fiesta de alquiler.

Cuatro agentes de la Guardia Civil salieron en su busca y localizaron el coche, aparcado junto a un club de alterne al pie de la carretera. Cuando Roupeiro abandonó el local, la Guardia Civil le siguió hasta que el hombre se detuvo junto a otro prostíbulo.

Fuego y huida

En ese momento, según la versión oficial, los agentes del instituto armado le dieron el alto y uno de ellos se acercó a su automóvil para pedirle que le mostrase la documentación. Roupeiro reaccionó de modo "inexplicable y desmedido", según explicó ayer el gobernador civil de Pontevedra, Alejandro Millán Mon. El hombre blandió simultáneamente un revólver y una pistola, abrió fuego contra el guardia civil y emprendió la huida.

Los otros tres agentes de la Guardia Civil efectuaron varios disparos para evitar la fuga y, según la versión oficial, unos 500 metros más adelante Roupeiro, que había emprendido la huida con su vehículo, perdió el control del automóvil y cayó por un terraplén. Cuando los guardias acudieron a rescatarle, el hombre ya estaba muerto.

El agente herido, cuyo nombre corresponde a las iniciales J. A. M. R., de 31 años, destinado en el subsector de Tráfico de Pontevedra, recibió tres impactos de bala en el abdomen, una pierna y un brazo. Se encuentra ingresado en el hospital Montecelo, de Pontevedra, fuera de peligro.

El gobernador civil no quiso precisar ayer las causas exactas de la muerte de Roupeiro hasta que se conozcan los resultados de la autopsia, pero defendió la actuación de la Guardia Civil, de la que dijo que fue "correcta y apropiada", y destacó que el fallecido tenía un largo historial de "individuo conflictivo".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de marzo de 2003