Enzarzados en una extenuante batalla diplomática por conseguir el respaldo de la ONU a una guerra contra Irak, EE UU y el Reino Unido barajaban ayer incluir nuevas ideas a la propuesta de resolución que, junto a España, presentaron el pasado viernes. Londres, pese a las reticencias de Washington, tanteaba reforzar su ultimátum a Irak con una lista de cuestiones pendientes sobre el desarme, tomadas de un documento elaborado por los inspectores, para ganar el apoyo de los países indecisos. Ante la intensidad de las negociaciones, la votación prevista en principio para hoy, se retrasó hasta finales de esta semana.
Londres alberga la esperanza de que su idea de presentar una lista de condiciones concretas sirva para convencer a los miembros indecisos del Consejo de Seguridad de respaldar la resolución. Ninguno de estos seis países -México, Chile, Angola, Guinea, Camerún y Pakistán- se ha decantado a favor del texto que el Reino Unido, en nombre de EE UU y España, presentó el pasado viernes y que da de plazo a Bagdad hasta el 17 de marzo para acatar las decisiones de la ONU.
Los británicos han tomado como referencia el informe de 173 páginas elaborado por la agencia de desarme de la ONU (Unmovic), que detalla una lista de 29 cuestiones pendientes sobre el desarme a las que Irak no ha dado respuesta oficial. Pero ayer no sabían exactamente qué incluir en su propuesta y cómo.
"La idea está en la mesa; el problema es formularla. Las condiciones deben ser muy contundentes para entrar en la lógica de un ultimátum. Estados Unidos no quiere dejar el asunto en manos de los inspectores y que al cabo de 20 días, por ejemplo, podrían volver al Consejo sólo para decir que han cumplido pero no del todo", indicó una fuente de la ONU.
Washington no parecía ver con muy buenos ojos la idea británica. "No vemos la necesidad de incluir nuevas condiciones. Estimamos que ya están incluidas en la resolución 1.441 (que permitió la vuelta de los inspectores). Nuestro objetivo sigue siendo un desarme total, no parcial de Sadam Husein", indicó una fuente estadounidense, "pero estamos dispuestos a introducir cambios en la resolución, siempre y cuando no altere su mensaje".
Los 15 miembros del Consejo de Seguridad decidieron ayer postergar la votación a "algún momento a finales de esta semana", dijo el embajador estadounidense ante la ONU, John Negroponte, quien no quiso precisar si el retraso repercutiría sobre el plazo del ultimátum. A petición de los países no alineados, hoy se celebrará un debate público sobre la crisis iraquí.
Durante la sesión, EE UU pidió insistentemente al jefe de los inspectores, Hans Blix, más detalles sobre un avión teledirigido, incluido en el informe de Unmovic, y que podría servir para transportar armas químicas. "Irak tenía que haberlos declarado. Su legalidad depende de varias cosas que todavía debemos estudiar", dijo Blix quien preparará un programa de trabajo en los próximos días. Durante este fin de semana, Washington criticó a Blix por no haberlo mencionado más explícitamente en su comparecencia del pasado viernes.
Pese a las propuestas, filtraciones, negociaciones, rumores, ideas, protestas y malestares que cargan el ambiente de los pasillos de la ONU, la situación no se ha movido ni un ápice. Acosado por las preguntas de los periodistas, el embajador angoleño ante la ONU, Gaspard Martins, resumió la posición de los indecisos, al asegurar: "No estamos votando todavía, no hemos alcanzado esa etapa".
Francia y Rusia expresaron ayer de nuevo su firme oposición a una resolución que justificara un ataque contra Irak. Estados Unidos, que seguía sin contar con los nueve votos necesarios, multiplicó sus presiones y esfuerzos diplomáticos. El presidente estadounidense, George W. Bush, llamó entre otros, al mandatario chino, Jiang Zemin, y al primer ministro japonés, Junichiro Koizumi.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, se entrevistó ayer en Washington con el ministro de Exteriores de Guinea, François Fall, mientras su colega francés, Dominique de Villepin, viajaba precisamente a ese país. "No estoy compitiendo", dijo Powell, refiriéndose a De Villepin, "los dos trabajamos por causas en las que creemos".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 11 de marzo de 2003