Me dirijo a vosotros, como ser humano, para demostrar que lo somos... Nunca las guerras están justificadas. Ninguna, ni por intereses económicos ni religiosos ni culturales.
Digamos no a estas guerras. Hay otras guerras que ganar: las científicas, el hambre en el mundo...
Cada vez que se dispara un arma o se ponen minas perdemos un grado de humanidad y retrocedemos en estas segundas guerras. Digamos "no a la guerra".
Queremos romper barreras, tanto físicas como mentales. En fin, queremos ser seres humanos, simplemente. No a la guerra.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de marzo de 2003