Dos trabajadores de la empresa Aerotex, una de las ocho firmas imputadas por el caso Ardystil -síndrome laboral por inhalación de productos químicos que costó la vida a seis operarios de fábricas de aerografía textil de L'Alcoià- declararon ayer que el encargado de la firma, momentos antes de recibir una visita de la Inspección, ordenó a los empleados que se "deshicieran" de los productos químicos y de las pistolas usadas para el estampado.
El macrojuicio que se celebra en la Audiencia de Alicante siguió ayer con la declaración de diez trabajadores de cuatro de las empresas imputadas, y que hoy sufren una afección pulmonar en distinto grado. Todos coincidieron en manifestar que los empresarios no les informaron de la toxicidad y peligrosidad de los productos utilizados. Asimismo, señalaron, nunca recibieron formación sobre medidas de seguridad en el trabajo. Al igual que manifestaron los testigos de sesiones anteriores, estos afectados incidieron, también, en la "neblina" del ambiente, causada por los gases de los productos. Los testigos declararon que los síntomas que presentaban eran tos, agotamiento físico, derrames de nariz y resfriados. Una de las empleadas de Aerotex aseguró que tras destaparse el caso, la jornada laboral se ciñó en horario nocturno. Los testigos apuntaron que los empresarios les suministraron mascarillas "homologadas" tras las primeras muertes.
El juicio continúa hoy con la declaración de Susana Javaloyes, el caso que más conmovió por la gravedad de sus lesiones, ya que fue sometida a un trasplante bipulmonar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de marzo de 2003