En Moscú se jugará el Madrid su futuro el próximo martes, con la clasificación al alcance de la mano pero con la baja de Roberto Carlos. Lo hará frente al Lokomotiv, el último de su grupo, que ya no tiene nada que rascar en el torneo, tras empatar un partido y perder los otros cuatro. El Madrid depende de sí mismo para ingresar como segundo de grupo en los cuartos de final, donde se encontraría con uno de los tres primeros de los grupos restantes, esto es, el Barça, el Manchester y el que lidere tras la última jornada el grupo B, esto es, Ajax, Arsenal o Valencia. A diferencia de anteriores ediciones, en esta edición de la Champions sí se permiten enfrentamientos de equipos del mismo país en cuartos.
El caso es que para alcanzar esa ronda, al Madrid le basta con hacer en Moscú lo que haga el Borussia Dortmund en su visita a Milán. La victoria encumbraría a los de Del Bosque, así como el empate, si los alemanes no ganan, e incluso la derrota, si éstos también pierden. Si el Madrid cae y el Borussia empata, igualarían a puntos, y el balance de resultados entre ambos conjuntos beneficia al Madrid.
Pero acudirá el conjunto blanco a Moscú sin uno de sus jugadores de mayor peso. Roberto Carlos fue amonestado ayer y deberá cumplir un partido de sanción. El fichaje de Rubén Bravo por el Leeds United ha dejado a Del Bosque sin el que ha sido habitualmente el recambio natural del brasileño. Ahora mismo, la única posibilidad que tiene el técnico es colocar como lateral izquierdo a Solari, que en años anteriores ya actuó en esa posición. Para ese decisivo partido, "en el que el rival no se va a entregar", según Del Bosque, el equipo podría recuperar a Hierro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de marzo de 2003