Véase el panorama: eliminado en la primera ronda de la Euroliga, derrotado en el primer partido de Copa y en octava posición en la Liga, a sólo un paso de quedarse fuera de la fase final, algo insólito. Ese es el sombrío aspecto del Madrid, más hundido que nunca, más pobre que nunca y menos Madrid que nunca. La terapia de grupo ideada por Javier Imbroda para intentar resucitar a su moribundo equipo saltó ayer hecha pedazos en Lugo ante el Breogán, otro equipo modesto que vivió su particular fiesta a costa del conjunto blanco.
BREOGÁN 88 - REAL MADRID 78
Leche Río Breogán: Gomis (14), Sanmartín (22), Racca (5), Davis (22) y Garcés (15) -cinco inicial-; Rodríguez (5), Albert (1), Biota (4), y González.
Real Madrid: Victoriano (12), Herreros (14), Mumbrú (13), Alston (17) y Alfonso Reyes (8) -cinco inicial-; Mulaomerovic (14), Lucio Angulo, Digbeu, Tarlac y Sonseca.
Árbitro: Guirao, Pérez y González.
Unos 5.400 espectadores en el Pabellón Municipal de Lugo.
Es éste un grupo que ha hecho de la derrota costumbre y del mal juego una seña de identidad. Que obliga a dudar de la categoría de algunos de sus componentes, por no hacerlo del talante. No hace falta hurgar mucho para ver la contribución que ayer tuvieron los suplentes. Catorce puntos consiguieron, repartidos de la siguiente manera: Mulaomerovic, 14; el resto, cero.
El Madrid, que ha perdido ocho de sus últimos 10 partidos, es un juguete a manos de cualquier rival, llámese Barça o Leche Río Breogán. A quien se enfrenta a él le toca la lotería. "Hay que levantarse, jugar con otra expresión, otra actitud y otro deseo. Me veo con fuerzas para sacar esto adelante, aunque a veces sienta cierta desesperación". Así definió ayer la situación de su equipo y la suya propia Imbroda. Horas antes del desastre, su jefe, Lolo Sainz, aseguró: "No le he dado ningún ultimátum". No hay ultimátum para nadie en un Madrid eliminado de todo.
De nada vale recordar que en algún momento el Madrid estuvo en el partido, que pareció capaz de solventar el conflicto con eficiencia (31-37). Eran momentos en que cada canasta de los blancos era saludada desde el banquillo con estruendo, como si de una final de la Copa de Europa se tratara. Sería el retiro espiritual el que consiguió semejante comunión. El equipo se diluyó sin que nadie sepa cómo y un parcial de 13-0 tras el descanso le despidió del partido. La ventaja del Breogán fue creciendo entre el jolgorio general. Hace tiempo que el Madrid se ha dejado todo signo de grandeza en su sala de trofeos. Hoy, el equipo que dirige Imbroda se hunde sin que nadie detenga su caída. Un consuelo le queda: el descenso está lejos.
El Barça, nuevo líder
Mientras, en Vitoria, el Barça derrotó al Tau (98-108) y se colocó como nuevo líder tras el pinchazo del Pamesa ante el Lucentum el miércoles. El cuadro azulgrana hizo un partido excepcional frente al mismo rival al que derrotó en la final de Copa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 14 de marzo de 2003