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AL VOLANTE | PRUEBA

Prestaciones limitadas

El Evanda ofrece una calidad de conjunto superior al Leganza y se aprecia por fuera, por dentro y también cuando se conduce: mandos más suaves y tacto más fino. Pero su evolución no le iguala con sus rivales europeos porque éstos también han mejorado. El nuevo Daewoo puede dar un buen servicio, aunque en la práctica con un precio muy similar, pero incluye de serie detalles exclusivos que le diferencian: asiento del conductor con reglaje eléctrico, tapicería de cuero...

El mismo motor

El único aspecto que sigue casi igual es el motor, aunque con retoques. Ahora tiene 130 CV (cuatro CV más) y un mejor tacto, pero las prestaciones siguen siendo justas para su tamaño, sobre todo porque no hay ninguna versión superior. Y aunque la velocidad máxima (200 km/h.) es 13 km/h. más alta que antes, está por detrás de sus rivales. El nuevo Daewoo responde bien desde bajas revoluciones, sube de vueltas sin pereza y mantiene ritmos de viaje correctos. Pero hay que reducir en las subidas y estirar las marchas, demasiado largas, para que no se dispare el consumo. El cambio ha mejorado, pero todavía le falta precisión: el motor tarda en bajar de vueltas al desacelerar y provoca que los cambios sean algo bruscos. Y aunque es silencioso a bajas revoluciones hace demasiado ruido a partir de 5.000 vueltas.

Por lo demás, el consumo ha bajado medio litro respecto al Leganza, pero gasta un litro más que otros motores europeos similares: 9 litros a ritmos suaves y de 11 a 12 en ciudad y conducción alegre.

Comodidad y seguridad

Lo mejor de este coche, aparte de su habitabilidad, es la comodidad de las suspensiones. Resulta muy fácil de conducir porque da confianza y hace sentir que todo está bajo control: las llantas de 16 pulgadas y la rigidez del chasis han aumentado la sensación de aplomo, aunque todavía le falta consistencia. Y, aparte de ser manejable, filtra con suavidad los baches y permite viajar con comodidad.

Sin embargo, para disfrutar el Evanda hay que mantener ritmos tranquilos porque si se buscan las máximas prestaciones aparecen sus carencias y aumentan las diferencias con los modelos europeos: los frenos se fatigan y alargan las distancias, tiene un comportamiento dinámico menos eficaz y hace más ruido. Además, no puede incluir el control de estabilidad ESP ni como opción. Pero conduciendo con tranquilidad puede dar un servicio satisfactorio.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de marzo de 2003