Estados Unidos, España y Reino Unido tienen previsto presentar hoy un borrador de resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el que se concede al régimen iraquí un plazo de entre 48 y 72 horas para que se desarme, según confirmaron a este periódico fuentes diplomáticas. En cualquier caso, la presentación del documento estaría supeditada a la consecución de un mínimo de nueve votos en el seno del Consejo.
La diplomacia española se puso en marcha tras la reunión que mantuvieron ayer George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar en las Azores, reunión a la que fue invitado el primer ministro de Bulgaria, Simeón Sajonia-Coburgo, quien declinó su asistencia aunque reiteró su apoyo a las tesis de Estados Unidos. Así, poco después del encuentro, la ministra española de Exteriores, Ana Palacio, telefoneó a su homóloga chilena, María Soledad Alvear, para comunicarle la nueva iniciativa de Washington, Londres y Madrid. Ni Alvear, ni su colega mexicano, Luis Ernesto Derbez, mostraron su disposición a viajar hasta Nueva York para una posible votación sobre el texto mañana.
El Gobierno del presidente Bush debe actuar con rapidez si no quiere perder la iniciativa diplomática y el calendario de la ONU podría complicarse seriamente en los próximos días. Mañana, el jefe de los inspectores, Hans Blix, debería presentar un nuevo programa de trabajo para Unmovic (la agencia de desarme de Naciones Unidas en Irak), informa desde Nueva York Isabel Piquer. El régimen de Bagdad también ha anunciado que entregaría un nuevo informe sobre sus arsenales de ántrax, tras haber enviado una primera carta, el pasado viernes, sobre sus existencias de gas nervioso VX.
El Consejo de Seguridad no se ha movido en las últimas semanas. No se pensaba ayer que Washington pudiera cambiar las cosas en una noche. "Una votación forzada sería mucho más contraproducente para Estados Unidos y para Naciones Unidas. Incluso si en el último minuto consiguen los nueve votos, lo que parece muy improbable, sería muy obvio que los habrían conseguido por la presión y no por la negociación. Naciones Unidas quedaría relegada a un instrumento de Washington", indicó otra fuente de la ONU.
Durante la cumbre de Azores, el presidente George W. Bush anunció que, tras el conflicto, volverá a Naciones Unidas para buscar "nuevas resoluciones" y el apoyo de la comunidad internacional para asegurar el funcionamiento de un país derrotado por 12 años de embargo.
El primer ministro británico, Tony Blair, pronosticó incluso que la ONU se haría cargo de "los recursos naturales iraquíes", por sus pozos de petróleo.
Muchos diplomáticos se preguntaban ayer cómo estas previsiones se articularían con una guerra unilateral. La semana pasada, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, cuestionó la legitimidad de una acción que no obtenga el respaldo del Consejo de Seguridad y advirtió de que no obtendría "el apoyo político necesario para asegurar su éxito a largo plazo, una vez terminada la fase militar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de marzo de 2003