Me llamo Clara y tengo 10 años. Cuando llego a casa después del colegio, a las seis de la tarde, me gusta merendar viendo la tele. Pero resulta que a esas horas nunca hay programas para niños, sólo gente discutiendo o contando desgracias. Estoy harta.
A ver si hay más niños y niñas que protesten para que las televisiones nos tengan en cuenta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de marzo de 2003