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OPINIÓN DEL LECTOR

Fallas sin taxis

He visitado Valencia en Fallas este 15 y 16 de marzo. La impresión ha sido francamente formidable, contando además con la suerte de ser invitado a la fiesta en un casal, lo que me hizo ver la celebración como un valenciano más. Sin embargo el fin de semana estuvo a punto de arruinarse el domingo, debido a que a la hora de tomar un taxi para ir al aeropuerto paso una hora y cuarto (de las 18.00 a las 19.15) hasta que conseguí uno. Los pocos que circulaban lo hacían ocupados y las centrales de radiotaxi informaban que no podían asignar ninguno. De no haber llegado a tiempo no solo hubiera perdido los billetes sino que hubiera tenido que dormir en la calle. Siempre me he preguntado qué extraño privilegio tienen los taxistas, farmacéuticos, etc. para que las administraciones garanticen sus ganancias limitando el acceso de competencia a su sector, pero en este caso estos privilegios han estado a punto de causarme un gravísimo perjuicio y han ocasionado que las últimas horas que pasé en la bella ciudad de Valencia fueran una tortura sicológica que lamentablemente emborronó las alegrías de todo el fin de semana.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de marzo de 2003