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CARTAS AL DIRECTOR

Mi dinero

En enero de 2003 recibí una carta de la Administración tributaria que contenía mis datos y los de mi hija menor de tres años.

Si éstos eran correctos, tenía que reenviar la carta a la Administración tributaria y -así, tan fácilmente- a mediados de febrero recibiría la famosa deducción de 100 euros por ser madre y trabajadora. Los datos eran correctos y reenvié la carta.

El 3 de marzo de 2003 aún no había recibido los 100 euros. Viendo que todas las personas que conozco en mi misma situación recibían jubilosas y alegres la esperada ayuda y yo no, llamé en repetidas ocasiones a la AEAT, donde amablemente me informaron de que no pasaba nada, que no me iba a quedar sin el dinero.

Todas las veces que llamé, mi intención era que me confirmaran que tenían mis datos grabados. Y todas las veces me decían que no me preocupara, que no me iba a quedar sin el dinero.

Y resulta que el 3 de marzo de 2003 inicié la conversación con la coletilla "Buenos días, quiero poner una reclamación", y -mira por dónde-, después de pasarme y volverme a pasar y requetepasarme con unas cuantas personas, me dicen que mis datos no están grabados. ¿No es para llorar?

Procedo a darlos de nuevo, y la señorita que me atiende -muy amable, eso sí- me dice que claro, que lo siente mucho, que se han recibido muchas cartas y algún error tiene que haber... pero que de momento los 100 euros de enero se los ahorra la AEAT, porque como los datos han llegado el 3 de marzo, pues eso, que a mí no me los van a dar.

¿Y esto mismo no me lo podían haber dicho 15 días antes? ¿O es que 15 días antes daba tiempo a que me pagaran los 100 euros de enero?

Pues eso, ahora querría yo hablar con los operadores "no-se-preocupe-que-no-se-va-a-quedar-sin-el-dinero" y contarles que -de hecho- me he quedado sin él.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de marzo de 2003