Sevilla y San Sebastián son las dos ciudades más bonitas de España. Yo elegí Sevilla. A muchos sevillanos los nacieron aquí y no pudieron elegir. Yo sí. Como me gusta Sevilla quiero que sea perfecta.
Claro que estoy de acuerdo en que se restaure El Salvador, faltaría más. Pero el hecho de que en 24 horas se consiga tantísimo dinero para ello sabiendo todo el mundo que en Sevilla y provincia hay 400.000 pobres (datos de Cáritas) me hace pensar.
A favor o en contra de El Salvador. No, miren ustedes, no es eso. Llevar una bolsa de comida a los pobres no es lo mismo que llevar la vara de plata o de oro de una Hermandad, ya lo sé. El Salvador está ahí y no sólo hay que restaurarlo sino, más importante, mantenerlo. Pero a partir de ahí ¿no podría la Iglesia establecer un modelo único de parroquia (todo lo digna que haga falta) para que no hubiera tanta diferencia entre la parroquia de un barrio pobre y la de uno rico? ¿Por qué la parroquia de La Pañoleta tiene que costar tres veces menos que la de Tomares?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de marzo de 2003