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Los Quince prefieren hablar ya de la posguerra

"La cuestión de Irak domina el orden del día mundial y hemos de centrar nuestra atención en ello por encima de cualquier otro asunto". Reconociendo lo obvio, el primer ministro griego y actual presidente de la Unión Europea, Costas Simitis, ha incluido ese comentario en la tradicional carta de invitación a la cumbre remitida a sus homólogos de la UE. Les pone así de manifiesto lo que era de dominio público: esta cumbre de primavera de la Unión, dedicada desde hace años casi en exclusiva a asuntos económicos, pasará a la historia de la propia UE por lo que se hable de la guerra de Irak o, mejor dicho, sobre la posguerra, que es en lo que Grecia y la mayoría de los Quince quieren centrar los debates para evitar mayores perjuicios a la división interna.

Portavoces oficiales de la presidencia griega señalaron ayer que, en línea con lo expresado por varios países, el debate de esta tarde será dedicado especialmente a cómo será gestionado Irak en la época post-Sadam; cómo se organizará la ayuda humanitaria (un papel tradicional para Europa); qué papel central debe jugar una ONU cuya autoridad ha quedado lesionada o cómo Europa puede reanimar el proceso de paz en Oriente Próximo.

"La presidencia hará todo lo posible por conseguir una posición común sobre la evolución posterior al conflicto, porque es necesario que la UE garantice su presencia internacional", añadieron.

Malas caras y tensión

Si, a pesar de esas intenciones, resulta inevitable el enfrentamiento, las malas caras y la tensión volverán a reproducirse mañana, cuando los líderes de los 13 países de la ampliación, mayoritariamente alineados con Estados Unidos y las tesis defendidas en el seno de la UE por el Reino Unido y España, se sumen a los debates durante un almuerzo.

Aun así, los Quince y los 13 candidatos encontrarán mañana huecos suficientes en el orden del día para abordar los asuntos económicos. Tres años después de lanzada la estrategia de Lisboa, cuyo objetivo es convertir Europa en la economía más competitiva del mundo en 2010, los Quince quieren poner sobre la mesa la necesidad de reforzar los esfuerzos para combatir el desempleo, mejorar la protección social y acometer profundas reformas que eleven la capacidad de crecimiento de la Unión Europea en un momento en el que el parón económico se ha visto acrecentado precisamente por las enormes incertidumbres de la situación internacional.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de marzo de 2003