Reconstruir la unidad de los aliados, restablecer Naciones Unidas como "único marco legítimo para construir la paz": éstos fueron los deseos expresados ayer por el presidente de Francia, Jacques Chirac, ocho horas después del primer bombardeo norteamericano contra Bagdad. La preocupación por la posguerra no es óbice para que el Gobierno refuerce las medidas de seguridad internas, cuyo primer resultado fue el anuncio, anoche, del descubrimiento de "huellas de ricina", un poderoso veneno, en la consigna de la estación de Lyon, uno de los principales centros ferroviarios de la capital francesa.
El descubrimiento se produjo el lunes, antes de que estallara la guerra e incluso de que Bush lanzara el ultimátum a Sadam Husein. Los datos filtrados apuntan a empleados de la empresa de ferrocarriles, que revisan periódicamente el contenido de las consignas y que por razones no precisadas avisaron a la policía de la presencia de cinco frascos sospechosos. Dos de ellos contenían un producto que ha dado positivo en las pruebas de ricina, sin que ayer estuviera confirmado que lo fuera. En los últimos meses se han descubierto en Francia, varias veces, sustancias químicas peligrosas, atribuidas por las autoridades a grupos terroristas islámicos.
Nadie relaciona las "huellas de ricina" con la guerra de Irak, pero el Ministerio del Interior recuerda así a la opinión pública que no debe confiarse, pensando que está libre de ataques terroristas por haberse negado a atacar a Irak.
Chirac "lamentó" una acción militar emprendida "sin el aval de Naciones Unidas" y defendió la supremacía de este organismo en la posguerra. Abandonó la idea de denunciar el fracaso de la diplomacia estadounidense y admitió que Francia no ha triunfado en la estrategia del desarme pacífico. Tampoco insistió en la ilegitimidad de la acción militar, como había hecho 48 horas antes, si bien mantuvo el tono de desautorización de la "guerra preventiva", defendiendo que su país sostiene los valores de "primacía del derecho, equidad, diálogo entre los pueblos".
El presidente francés se esforzó en no romper más los puentes entre los países democráticos: "Mañana tendremos que encontrarnos de nuevo con nuestros aliados, con toda la comunidad internacional, para abordar juntos los desafíos que nos esperan", recalcó. Otros tenores de la política francesa se pasaron el día remachando la misma idea. "Sólo Naciones Unidas tienen legitimidad para conducir la reconstrucción", insistió el ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, en el Senado. El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, habló de "la fuerza del derecho" durante la reunión gubernamental dedicada a reforzar las medidas antiterroristas.
Y sin que haya síntomas de cambio en la posición francesa, el portavoz del Ministerio de Defensa recordó la disponibilidad de su país para "asistir" a los países del Golfo con los que ha suscrito acuerdos de defensa. Para el portavoz mencionado, Francia puede intervenir en el conflicto en caso de que Irak use armas químicas, biológicas o bacteriológicas frente a los aliados o contra los países del Golfo a los que París se ha comprometido a defender, a la sazón Qatar, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. A los dos primeros, Francia les facilita el 80% y el 50%, respectivamente, de su material de defensa.
Otra de las actuaciones de París se orienta a reconstruir la unidad de la UE. "Europa debe tomar conciencia de la necesidad de expresar su visión propia de los problemas del mundo y de sostener esta visión por una defensa común creíble", dijo ayer Chirac, recuperando así dos de sus argumentos favoritos, que son el nombramiento de un ministro de Exteriores de la UE y la construcción de la Europa de la defensa. Paradójicamente, el programa de rearme militar francés estaba siendo negociado en parte con el Reino Unido, que ha escogido un camino distinto en la crisis iraquí. París y Berlín ponen a punto un programa de consolidación de sus relaciones a fin de reconstruir la unidad entre los "países fundadores" de la UE.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de marzo de 2003