El señor Ruiz-Gallardón nos ha propuesto para la villa de Madrid muchas obras (túneles y enlaces) si sale elegido alcalde, pero no dice nada de qué va a hacer con el día a día de esta ciudad tan abandonada en sus calles. Sólo quiere grandes obras que le eleven a la Presidencia de...
Existen asuntos a los que debería descender: obras que no acaban nunca, que no se señalizan correctamente, que no cuidan de los peatones que las circundan: olores de orines y excrementos de perro, y no pasa nada.
Carga-descarga a cualquier hora y en cualquier lugar; abandono de los vehículos en la calzada, sin siquiera señalizar con luz de emergencias que su conductor se ha ido; ciclomotores que circulan por las aceras y los parques públicos; perros y litronas en los parques infantiles; barrenderos de nueva generación que nos soplan en la cara a las 10.00...
Vivimos en una ciudad con miles de normas que no se cumplen ni se hacen cumplir, y ahora el Ayuntamiento dice que va a elevar las multas por las infracciones señaladas. No nos engaña su desidia, ese arreglar las cosas de un plumazo a golpe de multa y titular. La policía debe bajar de sus coches y de sus motos y vigilar las calles, imponer multas a los infractores que son muchísimos, pero su cuantía no puede ser nunca muy elevada pues ello, seamos realistas, en su desproporción desincentiva a la autoridad que debe imponerlas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de marzo de 2003