Estas dos palabras zarandean por mi cabeza con más asiduidad a medida que pasa el tiempo. ¿Por qué? Pues por cosas como que la Xunta Gallega prohíbe la libertad de expresión en los colegios públicos o que un país apoya la guerra pese a que la inmensa mayoría de sus ciudadanos no esten de acuerdo.
Ante esto y muchas otras cosas siempre me vienen a la cabeza estas dos palabras: ¿Por qué?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 21 de marzo de 2003