El oro fue en la América precolombina un metal que acercaba al hombre con lo divino. El chamán era el intermediario, y la relación con el mágico universo animal y vegetal dio pie a representaciones fantásticas que fundían lo humano con el espíritu de esos seres. A menudo, en sus ceremonias emplean diversas plantas para entrar en contacto con los dueños de los animales, plantas o sus propios antepasados. Una gran diversidad de adornos corporales con figuras zoomorfas han dejado testimonio de la riqueza expresiva de esas culturas.
El Museo del Oro de Colombia, radicado en Bogotá, ha cedido a la Fundación La Caixa y a la Universidad de Salamanca para su exposición actual en el Gran Hotel de Palma de Mallorca una colección de 270 piezas de orfebrería, cerámica, madera, piedras y huesos. Es la llamada muestra de Los espíritus, el oro y el chamán, un repaso a la iconografía de rico universo simbólico y de fantásticas formas que se trazó en el seno de las culturas previas a la conquista hispánica. La comunicación entre la naturaleza y la cultura, la identidad y la figura del chamán, quedan perfiladas en las colecciones de figuras y adornos de las sociedades amerindias. En la cara del chamán, las máscaras de jaguares, águilas o anacondas representaban en cada momento el lazo del intermediario entre lo real y lo mágico, la naturaleza y los hombres.
LOS ESPÍRITUS, EL ORO Y EL CHAMÁN
Museo del Oro de Colombia.
Fundación La Caixa.
Plaza Weyler, 3. Palma de Mallorca.
Hasta el 25 de mayo
Las piezas corresponden a las épocas que van entre los 500 años antes de Cristo y el 1600 de la era actual, cuando la conquista y colonización española, en busca del oro y del poder, desbarató las viejas sociedades autóctonas y sus tradicionales expresiones rituales. El rango social, la concepción filosófica y religiosa y su expresión de la belleza y la moda de las sociedades desaparecidas se plasman en la presentación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de marzo de 2003