Resulta grotesco que la señora Botella se erija en benefactora, junto con su grupo político, de las mujeres maltratadas, cuando en las filas de su propio partido ha habido un acosador juzgado y condenado por esa causa (el ex alcalde de Ponferrada), y no solamente fue disculpado por ella, sino que todo el PP miró para otro lado, dejando a la mujer acosada completamente desamparada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de marzo de 2003