He escrito al alcalde de Alboraia, Manuel Álvaro Manzano, para confesar que he cometido el mismo delito que los ciudadanos C. P. D. y M. M. B., denunciados por pintar en el asfalto con cal blanca "SOS Cervantes", que resume la situación de ese colegio de su localidad.
Mi hija acude al colegio público Sierra Mariola de Alicante, donde una plantilla excepcional de profesores consigue dar una excelente educación a nuestros hijos, a pesar de las deficiencias en dotaciones e infraestructuras. Los padres y madres del colegio hemos denunciado constantemente estas deficiencias, sin que hayamos obtenido respuestas por parte de las administraciones responsables.
Es posible que C. P. D. y M. M. B. sean ciudadanos como yo, preocupados por el patrimonio histórico y artístico, por el patrimonio natural y por que nuestras ciudades sean más habitables y amables para los ancianos y los niños. Es seguro que les preocupa la situación vergonzosa en cuanto a instalaciones que padecen los colegios públicos. Pero han cometido el incalificable delito de atentar contra el patrimonio asfáltico al pedir ayuda para subsanar los problemas de calefacción, cimentación y comedor que sufre el colegio de sus hijos.
Hoy he reconocido mi tremendo error al preocuparme por los mismos temas y denunciar la situación del C.P. Serra Mariola utilizando los mismos métodos, por lo que lo comunico para que se proceda a llevarme ante los tribunales.
Los ciudadanos de Alboraia y de la Comunidad Valenciana pueden dormir tranquilos sabiendo que algunos de sus representantes no descansan y velan por la conservación del patrimonio asfáltico de todos los valencianos.
Señor Manzano, somos muchos los padres y madres que llevamos denunciando durante años la situación de nuestros colegios públicos. Si algunos reconocemos nuestro tremendo error en cuanto a los métodos empleados -pintar con cal en el asfalto "SOS Cervantes", "SOS Serra Mariola"-, le ruego que proceda a denunciarnos. La Historia reconocerá su labor guardándole un lugar destacado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 25 de marzo de 2003