La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, se entrevistó ayer en Nueva York con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para hablar de la aportación española a la crisis humana en Irak. Palacio también aprovechó su viaje a Estados Unidos para entrevistarse en Washington con al secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, con quien, además de la situación iraquí, habló sobre el plan de paz para Oriente Próximo. España tiene previsto aportar cinco millones de euros a diversas agencias de Naciones Unidas para sufragar los gastos más urgentes.
"En estos momentos tenemos un problema real y urgente que es la ayuda humanitaria" y "todos los interlocutores con los que he hablado, empezando por el secretario general (...) tenemos muy clara esa prioridad", dijo la ministra en Nueva York, donde no quiso pronunciarse sobre el debate que ahora centra las discusiones del Consejo de Seguridad: ¿Cómo trabajará la ONU con la futura administración civil que Estados Unidos instalará en Bagdad y qué papel jugará exactamente en la reconstrucción?
"Lo que tengo muy claro es que EE UU no tiene ningún interés en quedarse en Irak por un tiempo que no sea absoluta y esencialmente necesario", dijo Palacio, que esperaba abordar el tema en su entrevista con Powell. El jefe de la diplomacia norteamericana manifestó, sin precisar, que "habrá un papel para la ONU en Irak para que los logros de la coalición militar vayan en beneficio del pueblo iraquí". Palacio y Powell hablaron de una nueva resolución del Consejo que recupere el programa petróleo por alimentos.
Palacio informó a Annan de los 20 millones de euros que el Gobierno español repartirá a partes iguales entre Turquía, Jordania, Siria e Irán, países limítrofes a Irak, para financiar la atención a refugiados que por ahora no han llegado.
España aportará además 5 millones de euros a diversas agencias de Naciones Unidas: 1,5 millones para el Programa Mundial de Alimentos; 1,4 millones para la Organización Mundial de la Salud; un millón para Unicef; 900.000 euros para el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y otros 200.000 para la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios. El secretario general se quejaba hace poco de que había pedido 123,5 millones de dólares para paliar la crisis humana en Irak y sólo había recibido 45 millones.
El debate sobre la ayuda ya tiene todos los tonos de una agrio enfrentamiento político. En principio, esta semana, el Consejo debe entregar nuevos poderes a Annan para permitirle gestionar, durante 45 días, los fondos del programa petróleo por alimentos y destinarlos a las necesidades más prioritarias. El programa, que desde 1996 suministraba comida y alimentos al 60% de la población iraquí, fue suspendido unos días antes de la guerra, con el resto de las operaciones de la ONU en Irak.
Países como Francia y Alemania quieren evitar que EE UU y el Reino Unido utilicen el lenguaje de una resolución sobre el programa humanitario para legitimar indirectamente la guerra. Rusia ha pedido incluso una reunión urgente del Consejo para discutir de los acontecimientos sobre el terreno y el delicado tema de la legalidad del conflicto.
La ministra y Powell hablaron del plan norteamericano de paz para Oriente Próximo, cuya publicación está supeditada a la formación de Gobierno por Abu Mazen, el nuevo primer ministro palestino. "Estamos pendientes de que ese equipo empiece a trabajar par dar cuanto antes los pasos necesarios", dijo Palacio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de marzo de 2003