La delegación del Gobierno catalán en Marruecos va a salir de la indefinición legal en que se encuentra. El Ejecutivo de CiU piensa aprobar un decreto para regular las funciones y competencias de estas representaciones en el exterior, tal y como le había requerido el Ministerio de Asuntos Exteriores.
A pesar de esta buena predisposición, la publicación de un especial de 16 páginas sobre Cataluña en la prensa marroquí volvió a enturbiar ayer las ya deterioradas relaciones entre la Generalitat y la Embajada. La irritación tuvo consecuencias. Ni siquiera el cónsul general de España en Casablanca asistió al acto de inauguración de la oficina de la Generalitat en esa ciudad.
Fue un plante en toda regla por parte de los representantes diplomáticos españoles. Aunque el conseller en cap aseguró nada más aterrizar en Marruecos que el Gobierno catalán no pretendía "pelearse" con nadie, algunos de sus gestos han encrespado los ánimos de las autoridades españolas. Artur Mas plantó el mismo día al embajador, Rafael Arias-Salgado, con quien debía preparar la entrevista con el primer ministro marroquí, Driss Jettou, y prefirió convocar una rueda de prensa.
La Generalitat publicó ayer un especial de 16 páginas en el periódico Aujourd'hui, controlado por el Ministerio del Interior, y que pese a sus poco más de 5.000 ejemplares de venta, llega a todas las dependencias de la Administración marroquí y a la mayoría de embajadas.
El especial incluía entrevistas con Artur Mas y con el delegado de la Generalitat en Marruecos, el independentista Àngel Colom, cuyas reiteradas declaraciones sobre la naturaleza política e institucional de su misión han enojado profundamente a la Embajada.
La ausencia del embajador en la inauguración de la oficina se daba por hecha. Pero la Generalitat todavía confiaba en la presencia del cónsul en Casablanca, Juan José Rubio de Urquía. Ambos se excusaron por compromisos de última hora y debido a la situación internacional derivada de la guerra en Irak.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de marzo de 2003