Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Crónica:GUERRA EN IRAK | La batalla de Basora

EE UU aconseja a Basora que no se subleve

Tropas británicas y estadounidenses lanzan una ofensiva total contra la capital del sur iraquí

El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, pidió anoche a los habitantes de Basora que no se subleven contra Sadam Husein porque las tropas aliadas, que se hallan a las puertas de la ciudad, aún no pueden protegerles. Durante todo el día de ayer hubo noticias contradictorias sobre un supuesto levantamiento popular en esta ciudad de mayoría shií. El mando británico declaró ayer a Basora "objetivo militar legítimo" ante el temor a un desastre humanitario y confirmó el inicio del asalto para conquistar esta importante plaza iraquí.

"He dejado Basora hace hora y media y no existía sublevación alguna; si la hay ahora, bienvenida sea", afirmó el coronel Chris Vernon, portavoz del Ejército británico. También desmentió esta revuelta el ministro iraquí de Información, Mohamed Said al Sahaf, y el propio secretario de Estado de EE UU, Colin Powell: "No puedo confirmar las informaciones: tendremos que esperar y ver cómo evoluciona la situación". Rumsfeld, jefe del Pentágono, desaconsejó una rebelión a los habitantes de Basora, recordando el caso húngaro en 1956. Según Rumsfeld, las tropas aliadas aún no están en condiciones de proteger a la población de Basora de una eventual represión.

Esta noticia nació en la capital iraní. Mohamed Hadi, portavoz de la oposición iraquí exiliada en Teherán, dijo: "En Basora hay una revuelta". Y el general británico Peter Wall lo confirmó con una evasiva: "Al parecer", se ha iniciado un violento levantamiento. A partir de ese momento, todas las televisiones estadounidenses comenzaron a hablar del asunto.

La gran ofensiva sobre Basora lanzada ayer sigue a un llamamiento urgente del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para evitar una crisis humanitaria ante la falta de suministros básicos para la población. Hasta ahora, las fuerzas anglo-norteamericanas habían evitado el combate urbano en el centro de Basora, donde operan milicias fedayin, limitándose a cercar la ciudad. Pero los soldados aliados comenzaron a penetrar en sus calles en operaciones de comando. El coronel Vernon fue rotundo: "Entraremos y tomaremos la ciudad". La 7ª Brigada Acorazada británica, las ratas del desierto de la II Guerra Mundial, se hallaban en medio de una feroz batalla en los alrededores y en el interior. Dos soldados británicos perdieron la vida por fuego amigo.

Las fuerzas iraquíes comenzaron a replegarse tras el ataque terrestre inicial, buscando posiciones más seguras. "Hemos encontrado una resistencia muy dura" por parte de tropas "extraordinariamente leales a Sadam Husein", entre ellas unidades paramilitares de los fedayin (combatientes) del presidente iraquí y de la Guardia Republicana, explicó el coronel Vernon. "Los paramilitares han aterrorizado a la población", relató el portavoz del Ejército británico. Preguntado por sus tácticas para tomar la ciudad tras el cambio de estrategia (la anterior era sellar la urbe sin entrar), el coronel aseguró que en ningún momento piensan disparar artillería contra el centro, ya que "está habitada".

"Luchamos con fuerzas irregulares que se visten de civiles para confundirnos, que colocan delante de ellos a mujeres y niños para defenderse de nuestros avances. De esas fuerzas estamos hablando", puntualizó Vernon, asegurando que el número de irregulares rondaría los mil. "No van a luchar a campo abierto". Los mandos iraquíes han aprendido la lección de la primera guerra del Golfo, en 1991, y no han presentado batalla con grandes concentraciones de carros y tropas, que son vulnerables ante la superioridad aérea aliada.

En cuanto al mal tiempo, que desde ayer azota la zona con intensas lluvias y tormentas de arena que limitan la visión a 500 metros, el mando británico dijo lo que pensaba de la climatología: "No estamos para preocuparnos por un poco de lluvia y viento. Eso no va a pararnos". Respecto al número de bajas entre las fuerzas iraquíes, Vernon fue más británico y más militar que nunca: "Nuestra misión no es contar muertos. Si matamos gente, la enterramos; a los vivos, los hacemos prisioneros de guerra". "No me pregunten más por los números o por las fechas, la guerra no tiene horarios", zanjó el oficial.

Aunque, lejos de sus preferencias, tuvo que pasar al terreno humanitario. El coronel Vernon pronosticó que la primera ayuda debería llegar mañana a esta ciudad del sureste de Irak. "Necesitan agua. No necesitan comida. Sólo necesitan agua y cierta asistencia médica", informó. "Nosotros haremos nuestro trabajo para que puedan comenzar a hacer el suyo las organizaciones de ayuda internacionales y las ONG", explicó.

Expertos del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ya se habían trasladado ayer a Basora para intentar restaurar el sistema de suministro de agua y evitar una catástrofe humanitaria, según informó Fouad Bawaba, representante del CICR en Kuwait. "Un equipo de ingenieros se trasladó en la noche del lunes a Basora para intentar restablecer los sistemas de suministro de agua y ya trabajan con equipos locales", puntualizó Bawaba.

Tras cuatro días de asedio, los habitantes de Basora mueren de sed. Según informaba la cadena de televisión árabe Al Yazira, la población civil bebe agua directamente de ríos contaminados. Incluso hay civiles que se visten de militares para rendirse al Ejército británico con el solo propósito de conseguir agua. Buena parte de los más duros enfrentamientos entre las tropas, principalmente británicas, y las iraquíes han tenido lugar cerca de Wafa al Qaid, la principal planta de tratamiento de aguas de Basora, que no funciona desde el viernes. Intensos bombardeos de fragmentación se lanzaron durante la madrugada de ayer sobre la ciudad de 1,3 millones de habitantes, informaba desde el lugar el corresponsal de la cadena árabe Al Yazira, único periodista extranjero autorizado por el régimen de Irak en esa ciudad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 26 de marzo de 2003