Las noticias son malas para los mercados. Las que llegan de la invasión de Irak siguen provocando respuestas negativas puntuales por parte de los inversores y las que provienen del entorno económico confirman la necesidad de adoptar precauciones a medio plazo.
El ambiente en las bolsas se deteriora de día en día al no contar los inversores con alicientes ni a corto ni a medio plazo y el volumen negociado empieza a resentirse.
Ayer hubo discretos avances en los mercados europeos a medida que avanzaba la sesión, pero la visión negativa que los inversores estadounidenses tienen de una guerra que esperaban más fácil arrastró al conjunto hasta anular o reducir los avances a cifras poco significativas.
El Ibex 35 terminó con un avance del 0,31%, y el índice general de la Bolsa de Madrid subió el 0,35%, mientras que París perdía el 0,29%, y Londres ganaba el 0,83%. La Bolsa de Francfort perdía el 1,65% poco antes del cierre.
Si la guerra contra Irak no discurre según lo esperado, tampoco la situación económica responde a las previsiones y, lejos de mejorar a medida que avanza el año, los últimos datos apuntan hacia un enfriamiento constante.
El índice de confianza empresarial descendió en marzo en Alemania tras dos meses de subida, mientras que en Estados Unidos la venta de casas nuevas bajó el 8,1% en febero y los pedidos de bienes duraderos, que miden la fortaleza del consumo a medio plazo, descendieron el 1,2%, el tercer descenso mensual consecutivo.
La contratación empieza a descender a medida que los inversores ven crecer su desconfianza en el futuro inmediato y ayer se negociaban 1.870,74 millones de euros en el Mercado Continuo, con casi 500 millones de euros en operaciones institucionales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de marzo de 2003