La decisión de enviar más tropas a Irak ha venido a confirmar los temores de los inversores, que han protagonizado una nueva jornada vendedora en los mercados de valores.
La invasión de Irak no va a ser ni fácil ni corta, incluso vista desde una perspectiva tan lejana como es la bolsa, ya que más incertidumbre y durante más tiempo traerá consigo una mayor paralización de la inversión y el consumo.
Ayer, sin ir más lejos, la contratación en el Mercado Continuo caía hasta 1.171,94 millones de euros, y eso contando con la milagrosa aparición de algunas órdenes compradoras que, al final de la jornada, salvaron las apariencias.
El Ibex 35 cerró con un oportuno avance del 0,11%, pero en la semana cae el 3,66%. El índice general de la Bolsa de Madrid ganaba ayer el 0,10% y en la semana cede el 3,21%.
Los datos no hacen más que reflejar los efectos del ambiente que viven los mercados de valores en los últimos meses, expuestos al "fuego amigo" de esta guerra, por una parte, y a la creciente debilidad de la economía, por otra.
Dos buenos ejemplos del retraimiento de los consumidores a uno y otro lado del Atlántico están en el estancamiento de los gastos personales en Estados Unidos, a pesar del leve crecimiento de los ingresos, y en el incremento de la masa monetaria en la eurozona, ambos con datos de febrero.
En conjunto, la mayoría de los mercados se apuntaron a la incertidumbre en esta última jornada lo que hizo subir la volatilidad y llevó a resultados a veces dispares. París subió el 0,37%, Londres perdió el 0,55% y Francfort caía el 1,90% poco antes del cierre
La Bolsa de Nueva York bajaba el 0,64% a media sesión, dato que de mantenerse la llevaría a sufrir el tercer descenso consecutivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de marzo de 2003