Un enorme titular del periódico francés Le Monde proclamaba, después del atentado a las Torres Gemelas: "Nous sommes tous américains", para mostrar su solidaridad con las víctimas inocentes. Yo quisiera testimoniar aquí mi respeto por los muchos miles de víctimas iraquíes que están empezando a caer, y simultáneamente mi vergüenza ante el silencio de los organismos internacionales, incapaces de acusar, de condenar, de aislar a los verdugos (incluidos nuestros impresentables cómplices nacionales) manifestándose únicamente para hablar desde el primer día de "la posguerra" (eufemismo de "reparto de la tarta").
Menos mal que tienen un dios, en el que creen. Esperemos que sea un dios justiciero de ida y vuelta y que los mida con el mismo rasero que ellos utilizan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de marzo de 2003