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Matxinbarrena presenta su vocación de decorador en una selección de sus dibujos

Diego Matxinbarrena (San Sebastián, 1961) es dibujante, pintor y escultor, pero tiene alma de decorador. Basta recorrer las paredes de la galería Drum de San Sebastián (General Etxagüe, 2) para darse cuenta. El artista, muy vinculado al centro artístico Arteleku, muestra desde ayer en esta sala una quincena de trabajos realizados en los últimos cuatro años: paisajes exteriores e interiores cuidadosamente dibujados en función de la belleza de la composición y la armonía de líneas y perspectivas.

"Mis dibujos tienen mucho más que ver con las imágenes de diseñadores gráficos o decoradores, con el lenguaje de los logotipos y los signos, que con cualquier corriente artística", señala.

En su primera exposición individual, que permanecerá abierta al público hasta el 28 de abril, presenta óleos sobre madera y dibujos sobre papel o acetato transparente que representan escenas tomadas inicialmente de la realidad, pero después modificadas a su antojo.

En uno de sus óleos sobre madera, por ejemplo, puede apreciarse una playa, pero las líneas, las figuras, los objetos que hay en ella, se abren a todo tipo de interpretaciones.

A Matxinbarrena, que también trabaja la escultura en hierro, la gusta el juego de la ambigüedad. "Es sinónimo de libertad. Esto me permite dejar hacer a mi imaginación". Así, lo mismo dibuja un paisaje industrial, que la imagen que le gustaría para una de sus exposiciones; lo mismo representa interiores casi vacíos, monocromos, que remiten a la idea de reposo, que óleos coloristas llenos de movimiento.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 29 de marzo de 2003