La policía ha desarticulado en Tarragona y Alicante una banda dedicada a la explotación sexual de menores. Las muchachas, de 16 o 17 años, eran introducidas ilegalmente en España desde Rumania y obligadas a prostituirse. La cifra de detenidos es de 39. Cinco de ellos son españoles y el resto, rumanos. La red operaba en Cataluña y la Comunidad Valenciana y disponía de infraestructura en Rumanía. La policía acusa a Costel Vlad, alias el Padrino, de ser el jefe del grupo. Sobre él pesa una orden internacional de detención para extradición a las autoridades rumanas por un homicidio cometido en su país. Los detenidos falsificaban pasaportes de mujeres mayores de edad y sustituían los datos por los de menores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de marzo de 2003