Cada vez que escucho cómo, con ridículo victimista, se quejan los miembros del Gobierno y altos cargos del PP de los hechos aislados que sufren, de gritos, insultos y agresiones con huevos, porque apoyan y colaboran en una despreciable guerra, me recuerdan inmediatamente a ETA y a Batasuna, que para justificar los atentados y asesinatos se amparan en la queja, en que la víctima "dijo o dejó de decir".
La gente protesta y reacciona de esta forma por la impotencia de ver cómo el Gobierno y el PP, sin el apoyo del pueblo y en su nombre, nos hacen cómplices de una carnicería. Que los populares no sean tan ruines y dejen de desprestigiar los actos de las plataformas contra la invasión de Irak, y no quieran comparar las bolas que tira la policía con los huevos de gallina que en ocasiones se les lanzan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 30 de marzo de 2003