La inversión extranjera neta en la Bolsa española registró el pasado mes de noviembre un saldo positivo de 323,6 millones, situación desconocida desde hace 25 meses, según datos del mercado.
Este hecho no se producía desde septiembre de 2000, cuando las compras de acciones de sociedades cotizadas por parte de inversores no residentes en el mercado español ascendieron a 20.346 millones y las ventas a 19.629 millones, con lo que la inversión neta ascendió a 717 millones. Según expertos consultados, el comportamiento de la inversión extranjera en noviembre pasado se puede explicar por la afluencia de dinero al mercado tras relajarse la tensión bélica sobre Irak, al aceptar en aquellas fechas la llegada de inspectores de la ONU, y por la rebaja de los tipos de interés en Estados Unidos, que hizo más atractiva la inversión en euros.
Pese a todo, la inversión extranjera acumulada entre enero y noviembre de 2002 sigue siendo negativa, 19.426 millones -situación que perdura desde marzo de 2000, cuando estalló la "burbuja tecnológica"-, ya que las ventas ascendieron en este periodo a 223.467 millones y las compras a 204.041 millones.
Peso en la contratación
En cuanto a la evolución porcentual de estas partidas, la inversión extranjera mejoró en noviembre un 13,14% respecto al mismo mes del ejercicio anterior, en tanto que el importe de las compras se redujo un 2,55% y el de las ventas un 3,42%.
El inversor extranjero es el principal motor de la Bolsa española y la mitad del negocio llega a través de órdenes, preferentemente de Londres, París y Nueva York. En los momentos de euforia del mercado español, al final de la década de los noventa, la inversión extranjero llegó a alcanzar el 65% del volumen de contratación diario.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de marzo de 2003