Irak, uno de los países árabes laicos más odiados por los fundamentalistas islámicos, se está convirtiendo en el lugar de cita de muchos de ellos para combatir la invasión anglo-estadounidense. El brazo armado del movimiento radical palestino Yihad Islámica anunció ayer en un comunicado oficial el envío de kamikazes al frente. "La primera línea de kamikazes de las brigadas Al Qods ya llegó a Bagdad para luchar junto a los combatientes árabes. (...) Respondieron al llamamiento y van a unirse a los muyahidin árabes para defender la tierra árabe y atacar a los invasores".
El portavoz del Ejército iraquí, general Hazem Al Rawi, no hizo referencia a este comunicado, pero aseguró ayer en Bagdad que tanto iraquíes como voluntarios árabes perpetrarán en los próximos días nuevos atentados contra las fuerzas de la coalición. "Las operaciones de martirio van a continuar y no sólo serán cometidas por iraquíes, sino también por los miles de voluntarios árabes que han venido a Bagdad", declaró el militar. "Llegaron como guerreros santos, buscando el paraíso, después de jurar no volver nunca más a su país. Quieren ser enterrados en la tierra de Irak".
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El general dijo que estos mártires han llegado de todos los países árabes, sin excepciones, pero no citó nombres. Según Al Rawi, los atentados suicidas han sido una reacción a los bombardeos anglo-estadounidenses en áreas civiles: "Están cometiendo crímenes enormes y horrendos, y la yihad fue sólo una reacción contra sus crímenes".
Fuentes humanitarias en Jordania cifran en 5.000 los iraquíes que han regresado a su país desde el inicio de la guerra. Según estas fuentes, en la frontera pueden verse todos los días autobuses repletos de familias enteras que retornan a su país. "Dicen que vuelven a defender sus tierras del invasor".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 31 de marzo de 2003